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miércoles, 19 de octubre de 2011

EL PAPI DE LOS INDIGNADOS

Hace pocos días, un grupo de intelectuales llamó a apoyar a los indignados del mundo. Por la forma del llamado, da la impresión de que esos intelectuales no tienen interés en fungir como tales y brindar un servicio, sino en "surfear" los movimientos sociales, subiéndose a la cresta de la ola y llamando la atención. Actualmente, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), junto a sus aliados libios, está combatiendo a los leales a Kadafi en la ciudad de Sirte, y masacrando a civiles, niños incluidos. Cuando los intelectuales llaman a derrocar al "Kadafi global", están llamando a los jóvenes indignados del mundo a matar niños y, de una manera general, civiles, haciéndolo además de la manera más cobarde, desde el aire, con aviones o helicópteros artillados. Otra vez, la lógica no importa: importa "cómo suena", "quién lo dice" y no el significado. Lo mismo vale para el llamado a acabar con el "Assad global".
Hoy está probado que las revueltas de Túnez y Egipto, las de la llamada "primavera árabe", no fueron espontáneas. El autor intelectual es Gene Sharp, un octogenario estadounidense del Albert Einstein Institute, y que escribiera, entre otros, un manual -sin duda más práctico que el vil Nikitin o una Harnecker, causante de la caída de Allende, al parecer- para derrocar gobiernos por la vía no-violenta. El manual, que incluye 198 recomendaciones y es en realidad una invitación a provocar, está disponible en la Web, bajo el nombre "De la dictadura a la democracia". Sharp ya había tenido que ver en provocaciones en el Báltico y contra la extinta República Democrática Alemana.
Muy en concreto, Sharp inspiró al movimiento serbio "Otpor" (Resistencia), que derrocó a Slobodan Milosevic y lo llevó al Tribunal Internacional de La Haya. "Otpor", aunque parecía asunto espontáneo de jóvenes, recibió financiamiento de la USAID, de National Endowment for Democracy y del International Republican Institute, además de ayuda del magnate húngaro estadounidense George Soros, rey de la especulación y los golpes bajos contra Europa y Asia. A "Otpor" le llegó la ayuda vía Hungría y vía la mafiosa república de Montenegro, donde pueblos enteros dependen del crimen internacional para vivir. Logrado el golpe bajo, de "Otpor" nació el Centre for Applied Non Violent Actions and Strategies, y muy en particular Srda Popovic, líder serbio de la agrupación, con estancias reiteradas en Estados Unidos (lo prueban videos del sitio "globalresearch.ca"), decidió convertirse en mercenario de los estadounidenses para este tipo de provocaciones.
Curiosamente, el símbolo de "Otpor", un puño en alto, apareció tal cual en Egipto, en la plaza de Tahrir. Hoy se sabe que gente como el líder de la "primavera" egipcia, Mohamed Adel, recibió adiestramiento en el año 2009 en Belgrado. En cuanto a Popovic, está directamente ligado al entrenamiento de "líderes" de la "primavera tunecina". Popovic tiene actualmente financiamiento del Congreso de Estados Unidos. En suma, lo de Egipto y Túnez no fue espontáneo.
Los indignados estadounidenses de Wall Street han recibido apoyo de Soros, Popovic y otros que, al parecer, quieren algo así como un capitalismo que se guíe por el amor al prójimo y no por la ganancia. Estos indignados atraen a los hijos de la nomenklatura de izquierda, metidos a "revolucionarios de colores" y otros radicalismos "chic".
En nombre de "los ciudadanos" y "la sociedad civil", se trata de hacer creer que hay algo así como una "mano invisible" que mueve a los jóvenes y a otros a la democracia y el bienestar. El asunto no es del capitalismo, sino de quienes, por pereza mental y por falta de sentido de servicio público y social, sirven de pantalla para provocadores y, dicho sea de nuevo, mercenarios al servicio de un imperio vivito y coleando, que está ocupado en sus intereses, pero al que no le vienen mal "tontos útiles" que hagan creer que la ganancia de uno es una oportunidad "para todos". Al fin y al cabo, para éso está Obama.
Tal vez, algún día, termine la corrupción imperante en el mundo intelectual "global", y la demagogia de unos cuántos dedicados a hacerse los interesantes con lo que sea. Hace cerca de dos décadas que el Comité estadounidense de Santa Fe, encabezado por el halcón Roger Fontaine, dijo que era hora de coptar a los intelectuales cantándoles una de Gramsci. Ya está.

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