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miércoles, 5 de junio de 2013

¿POR QUE NO TE CALLAS?

Es más o menos lo que quería decir un póster de Nina Vatolina en la Unión Soviética, en el verano de 1941, cuando las fuerzas hitlerianas habían atacado a "Rusia".
    A la distancia, a esta artista no le agradan mucho sus pósters, muy típicos de una época. Vatolina dice que había en este trabajo algo de primitivo, que le hacía perder independencia al creador. Fue en todo caso época de afiches y se encuentran luego, en una línea algo parecida, en la Revolución Cubana.
    Lo que tiene fuera de sí a Vatolina es que hoy esos pósters sean utilizados para fines mercadotécnicos, como logo, en algo que se asemeja a la suerte corrida por el emblemático Che Pillín, el adorno del T-shirt. La artista ex soviética y pintora ha tenido que demandar a diversas instancias por el uso publicitario de pósters como el que la hizo famosa en 1941. Quienes usan este supuesto "logo" ni siquiera saben si el póster corresponde a la guerra civil 1919-1921, a la Guerra Patria o a qué diablos.
    Es parte de la recuperación de emblemas de izquierda -muy en el estilo del "Che"- para cosas que van más allá de un simple recuerdo. Sacar estos emblemas es querer hacerse de un crédito con la idea de que al señorito revolucionario (o que pretende serlo) todo le es debido, y que, por lo tanto, todo se lo puede permitir. En este Brave New World, la Revolución es Big Mother: !qué guapo estás! Es una nueva religión, una comunión, pero de marketing: como religión viene del latín re-ligare, los señoritos de dedican a todo lo que sea o se parezca a re-ligare.
     Mi papá es más revolucionario que el tuyo.

A VER A QUÉ HORA

 En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la me...