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jueves, 23 de octubre de 2014

CHINA: DEMOGRAFIA Y DESCOMPOSICION MORAL EN LA JUVENTUD

Por el envejecimiento poblacional, China ha tenido que introducir desde el año 2013 algunos cambios a la ley "una sola familia- un niño", en vigor desde 1970. Después de 2015, es probable que muchas familias chinas puedan tener un segundo hijo, aunque a muchas parejas jóvenes no les interesa.
    Quienes crecieron en la política de "una familia-un hijo" se beneficiaron al mismo tiempo de un doble proceso: una gran apertura al mercado, sobre todo al consumo (en medio de una acelerada urbanización), y un Estado que no dejó del todo de ser protector y de amortiguar dificultades.
     Hay quienes lo atribuyen a la política de hijo único, pero también podría atribuirse a este modo de crecimiento económico: la juventud china hace rato que no es ejemplo de nada. Desde 1993, según lo recuerda el portal ruso Nakanune, Sun Yunxiang, Director Adjunto del Centro de Investigación de la Juventud en China, ya había constatado que los jóvenes chinos tenían "un sentido altamente desarrollado del egoísmo, sin capacidad de adaptación a la lucha contra las dificultades, ni capacidad de mostrar sentido de la solidaridad". Agregaba el autor: "y si alguien cae accidentalmente, entonces no debería contar con la ayuda de sus compañeros". Nakanune constata que en estas condiciones una sociedad no puede ser sana ni tener un ambiente espiritual saludable.
    Shuai Zhang, en una columna citada también por Nakanune, constató que las personas crecidas en las ultimas décadas "tienen un sentido mucho menos desarrollado de la gratitud, la generosidad, la ayuda mutua, el cuidado de los demás y otras cualidades morales importantes que sostienen la sociedad". Se trata de una niñez y una juventud que son "psicólogicamente débiles y caprichosas", , con "aversión al riesgo", menos confiadas y confiables, y con "menos conciencia", siempre según Shuai Zhang, quien se refiere seguramente a una conciencia social (no tiene nada que ver con "conciencia crítica"). Desde luego que este no es un problema exclusivo de China: se encuentra desde Rusia -por lo menos desde los años '80, cuando todavía existía la Unión Soviética- hasta en los países occidentales (ni se diga en Estados Unidos), donde muchos se preguntan cómo mantener un sentido mínimo de vida en común frente a lo que pareciera ser un mercado (además tramposo) que recompensa a quien pasa por encima del otro, por lo que demuestra que es "capaz de competir".

A VER A QUÉ HORA

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