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jueves, 19 de febrero de 2015

CHINA Y EL PETROLEO: NI SOÑADO

Haya sido "casual" o producto de una decisión conjunta entre Estados Unidos y Arabia Saudita, la abrupta caída del precio del petróleo le dio un fuerte golpe a Rusia, mientras que benefició a China. Si Estados Unidos estuviera decidido a no abrir dos frentes a la vez, es decir, a dividir para reinar, lo estaría consiguiendo, por lo que no hay por lo pronto alternativa Moscú-Beijing al pleito que Estados Unidos parece traerse con medio mundo.
    China es el primer importador de petróleo del planeta (China importa el 60 % de la energía que consume), así sea también el cuarto productor mundial y tenga importantes empresas petroleras. La caída del precio del petróleo le permitió rápidamente registrar superávits comerciales importantes que deberían seguir por meses. Mientras que Rusia tendrá dificultades económicas -aunque menos serias de lo que pronosticó Estados Unidos- en los próximos dos años, para China se augura una situación estable, con mayor orientación al mercado interno. Es difícil pensar que este beneficio para China no haya entrado en los cálculos de Washington.
      Al comenzar a establecer sanciones contra Rusia, Estados Unidos le propuso a China que participara en éstas, aunque Beijing se negó. La oferta era que a cambio China recibiría nuevas tecnologías. Sin embargo, el regalo le cayó a Beijing bajo la forma de una muy buena reducción del precio del crudo importado.
     No está de más recordar que, desde Zbigniew Brzezinski hasta el mismísimo Henry Kissinger, todos los partidarios estadounidenses de "contener" a Rusia, ahorcándola, han sido también partidarios de facilitarle un extraño desarrollo a China: extraño porque no deja de depender, un poco con estilo de "semi-colonia", de inversiones extranjeras y de la evolución del mercado estadounidense financiero y de consumo, lo que no es el caso de Rusia (país semi-periférico que nunca ha sido colonia). En términos generales, no hay, frente a Rusia y China, mayor variación en la política estadounidense trazada desde los años '70.

A VER A QUÉ HORA

 En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la me...