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martes, 10 de marzo de 2015

NICARAGUA: REBUZNAR EN MASATEPE

Premiado por con el galardón "Fuentes Brotantes", el de Masatepe, también conocido como "Margarito el de la mar" (!), dijo lo que hay que decir, contante, sonante, pagó por lo que hay que pagar: "la palabra -defendiola (?)- ha luchado por defenderse (sic) de las imposiciones intransigentes, las dictaduras militares, los autoritarismos mesiánicos (¿uh?), los nacionalismos extremos, la veleidad desde el poder económico, la intransigencia dogmática y las ideologías totalizantes que pretenden imponer un pensamiento único" (putísima madre, ¿y todo éso junto?...). ¿Las imposiciones intransigentes? Difícilmente las hay dispuestas a transigir. Lo de las ideologías totalizantes es más grave porque, se entiende, no se quiere ni lo ideológico ni lo totalizante. Desde Gorbi, hay que tomárselo todo sin ideología, es decir, light. "Estás ideologizado" equivale a decirle a alguien: "¿cuánto hace que no te bañas?".
    Así que, echado a andar, el de Masatepe criticó la violencia: "no es una violencia que busque transformar la sociedad para hacerla más justa, sino una violencia criminal para envilecerla, pero tiene la misma raíz: la pobreza...para entrar en el siglo XXI debemos dejar atrás primero el siglo XIX". De que está linda la mar, está linda la mar. !Vamos a la playa!
   Porque éso de atribuir a la pobreza la criminalidad es, desde el siglo XIX o desde antes, costumbre de quien, con dinero, cree al ver al pobre que éste se lo quitará y prefiere cambiar de acera. Es, también, enfoque de organismo internacional que atribuye a la pobreza -no al ajuste del momento- la violencia, la revolucionaria o la del sicariato. La violencia nace de la necesidad, del hambre, de la carencia, de la privación. Como todo el mundo sabe, el rico no es violento ni criminal, no trafica con drogas ni las usa, no dispara ni vende armas, no toma alcohol ni lo comercializa, el rico también llora, el rico es pacifista y odia las guerras, el rico no quiere más que hacer el amor (cuántas más quieran con él, tanto mejor para ellas y para la Humanidad y la naturaleza holística del Ser...), ama la cultura (la que transmite una buena vibra) y, cada vez que puede, este rico ayuda al pobre a salir de la violencia, gracias al consejo oportuno (!supérate!). Basta con ver a cualquier ricachón: los violentos son sus guardaespaldas, con caras de muertos de hambre, él no. El tiene una sonrisa beatífica, casi de Buda, un éxtasis de felicidad, y no piensa soltar de ésta ni un céntimo. Los ricos esperan la ocasión para la derrama de la riqueza que ganaron con el sudor de sus reuniones ejecutivas y sus clubes VIP, para que todos nos beneficiemos de alguna propina de esta felicidad si sabemos pagar por ello, aunque sea con algún servicio. El sueño del pobre es en cambio hacerse de un bien por las buenas o por las malas (es decir que todo pobre es un lumpen en potencia). La riqueza es amor. Hombre, éso se merece un premio. Peer Gynt nunca muere.

A VER A QUÉ HORA

 En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la me...