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jueves, 30 de abril de 2015

CHECHENIA, SEGUN PUTIN...Y SEGUN EU

De acuerdo con un documental reciente de la televisión rusa (Rusia 1), Estados Unidos estuvo apoyando años atrás a los "rebeldes" chechenos contra Moscú. Esto lo sostuvo el mandatario ruso, Vladimir Putin, en el documental en cuestión, agregando que el apoyo estadounidense a esos "rebeldes" provenía desde Azerbaidján, no muy lejos del Caúcaso.
      Cuando se descubrió el hecho, Putin telefoneó al entonces presidente estadounidense George W. Bush, quien prometió "hacer algo al respecto", pero finalmente los servicios de inteligencia rusa recibieron una extraña carta de su contraparte estadounidense, que aseguró reservarse el derecho a brindar apoyo "a todas las fuerzas de oposición en Rusia". Como llega a suceder, algunos en la izquierda creyeron ver en Chechenia la lucha del pulgarcito checheno contra el gigante imperio ruso, pero, de ser cierta la versión de Putin, simplemente se estaba atizando el fuego del separatismo en una injerencia apenas disimulada -a nombre de supuestos "odios ancestrales" o de derechos "antiimperiales" -para sembrar caos dentro del territorio de la Federación Rusa, que en algunas regiones incluye a un buen número de musulmanes.
     Los "rebeldes" chechenos no dudaron en atacar a civiles, tomados como rehenes en varias ocasiones:  sucedió en Beslán, en una escuela del Caúcaso (en el año 2004), en el teatro Dubrovka de Moscú (2002), y en explosiones en el Metro moscovita (2010), sin que en ningún momento existiera una condena internacional para lo que sucedió después del 11 de septiembre de 2001, y que era terrorismo puro, no "rebeldía" (de la misma manera en que hubo gente como Susan Sontag para encontrarle alguna gracia a lo sucedido en las Torres Gemelas neoyorquinas). El apoyo estadounidense al terrorismo islámico -como antes en Afganistán y después en la hoy extinta Yugoslavia, tanto en Kosovo (Ejército de Liberación de Kosovo) como en Bosnia- siempre fue un secreto a voces. Seguramente debía serlo también que el asunto no trataba exactamente de un supuesto "despertar de los pueblos" ni nada por el estilo, pero resulta un tanto penoso -si Putin está en lo correcto- que numerosos analistas internacionales dieran un aspecto de "izquierda" (el pequeño contra el grande, el pueblo contra el imperio, el oprimido contra el opresor, la víctima contra el victimario, el "rebelde" contra el "autoritario") al conflicto en Chechenia. La habilidad estadounidense para recuperar para sí el discurso del otro no ha dejado de ser sorprendente.

A VER A QUÉ HORA

 En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la me...