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miércoles, 20 de mayo de 2015

EU-AMERICA LATINA: LA GRAN FAMILIA, HOY (LET IT BE)

Da gusto ver a una parte de la izquierda metida a reivindicar la familia. Desde luego, es el tipo de familia donde por uno u otro motivo todos son seres de excepción, desde la Gran Madre que Todo lo ha Soportado hasta el padre, mejor conocido como "el que paga", pasando por hijos, nietos y por cuanta parentela quiera aparecerse a la comida de los domingos. La familia ha tomado el lugar de lo que antaño era asunto de clase y ahora lo que distingue -lo que hace la diferencia- es "la familia con clase", punto de partida de relaciones igualmente conocidas como "redes". Ha llegado incluso la hora de las grandes genealogías revolucionarias, y las hay reales y supuestas.
   Poco parece importar que en Estados Unidos y en América Latina esta vuelta a la familia no sea ajena al llamado "neoliberalismo", que niega la sociedad y la participación efectiva en la "cosa pública". Es preferible la familia, "cosa nuestra" -exhibida por lo demás en redes como "nuestra cosa". La Constitución chilena de 1980 consagró gracias al ultraconservador Jaime Guzmán -en plena destrucción de las solidaridades- que la familia es el núcleo de la sociedad. Una película como Un día especial, de Ettore Scola, realizada en 1977, muestra la importancia avasalladora de la familia en Italia durante los años '30. La familia ha llegado a ser el principio de la gran corporativización: es la familia revolucionaria o tal o cual "gran familia nacional". Lo mejor del capitalismo estadounidense es haberse inventado la familia "cazadora y recolectora" (de fondos), la familia-grupo de presión.
     Convertida en empresa no para la sociedad, sino contra ella, es decir, convertida en medio de competencia por el estatus contra la familia del vecino, la pequeña familia de Big Mother -con un muy little father-, que lo subsidia todo desde la cocina ("cocinando" a todo el mundo), y que además, como la niña de Milanés, no pide nada a cambio de lo que da (éso parece), es la plataforma de otras familias: la familia femenina, la familia india, la familia gay, la familia lesbiana, la familia afro, la familia "étnica", la familia religiosa (lista para el gran choque "civilizatorio"), la familia izquierdista y otras tantas agrupaciones que con un trato muy familiar se "familiarizan" -en competencia por los fondos- con los recursos del Estado para apropiárselos devolviendo lo mínimo. Que se joda Engels, el orden no es de la familia al Estado, pasando por la propiedad privada, sino al revés (al Estado por asalto, desde la familia como forma superior del derecho de propietario), porque la primera está por encima del segundo. Da gusto ver a las familias instaladas en la sociedad civil para reclamar -como en toda buena familia actual- todos sus derechos con el mínimo de obligaciones, salvo las del señor que los domingos sale en el album como "el que paga". Da gusto ver tantas empresas familiares de izquierda prosperar con un "nombre", sacar "la casta", apelar al "linaje" y jugar así la renta hereditaria contra el mérito, todo en nombre de la "excepción", porque cada Gran Madre es el principio de una gran excepción que se merece todas las libertades. Si ayer se entusiasmaron con Big Brother, mañana seguramente terminen en brazos de Mother Hillary (Mother Hillary comes to me /speaking words of wisdom..), si se da el caso de que esta gane. Si no, es la dinastía texana. Vaya opciones.

A VER A QUÉ HORA

 En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la me...