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lunes, 31 de agosto de 2015

ORIENTE: ¿LA PROXIMA FANTASIA "IMPERIAL" DE RUSIA?

Desde que Occidente le impuso sanciones a la Federación Rusa, algunos en ésta se han puesto a fantasear con la próxima" gran alianza" que viene entre Moscú y Beijing, capital china, además de que debería darse un acercamiento con Turquía y otro más con India. ¿Que Occidente no le hace caso a los rusos?Entonces Rusia habría decidido "re-orientarse" (y dicho de paso, "re-orientalizarse"). El mandatario ruso, Vladimir Putin, estará a principios de septiembre en China para la firma de una veintena de importantes convenios bilaterales.
     El problema es que el comercio no se reorienta de un día para otro. Europa sigue representando el 50 % del comercio ruso y China apenas el 13 % (China está en el último lugar entre los diez primeros socios comerciales de Rusia). Por lo pronto, a los "occidentalistas" les fallaron los cálculos y Rusia no consigue hacer sus negocios de suministro de gas por Turquía ni por los Balcanes. El problema es que el "negocio del siglo" con China también podría enlentecerse. Los chinos bien pudieran congelar uno de los proyectos de gasoductos de Rusia a China, el "Altai", ya que el consumo de gas en el país del Lejano Oriente podría caer. Estos "negocios del siglo" salvaron en algo a Rusia frente a las sanciones occidentales, pero no son de importancia estratégica (basta comparar en metros cúbicos con los suministros de gas a China que ésta pactó anualmente con Turkmenistán -tres veces más que "el negocio del siglo" para un muy lejano año 2030).
      Lo que se pregunta Vladimir Zhukovsky en el portal ruso Nakanune es si la Federación Rusa, en vez de atender su potencial económico interno (y ocuparse de educación, salud, tecnología y rubros de largo alcance y de reconversión económica), seguirá corriendo de un lado a otro (en este caso, de Europa a China) para seguir en realidad con lo mismo: ofreciendo materias primas a cambio de préstamos que suelen ir a parar en manos de oligarcas que engrosan un poco la lista de Forbes y las cuentas en Suiza. El "poder de Siberia" y del "macho alfa" del Kremlin distan mucho de ser tales, pese al ostensible deseo de algunos en Moscú de fortalecer los vínculos con China -lo que ciertamente no le viene mal a la política internacional

viernes, 28 de agosto de 2015

PERU: OLLANTA HUMALA POR SI MISMO

Ya en la recta final de su mandato, que no ha sido malo ni en crecimiento económico ni por cierto que en reducción de la pobreza (del 30,8 % en 2010 a 22,7 % en 2014), el presidente peruano Ollanta Humala, sin aspavientos, se ha definido a sí mismo como de "izquierda progresista": seguramente basta para ser ignorado en los torneos cubano-nicaraguense-venezolanos de oratoria, pero también entre los izquierdistas "anti todo" (menos, eso sí, contra sí mismos, lo que excluye la autocrítica). Los primeros no se percataron -porque Fidel no se pronunció al respecto- de la existencia de Humala. Los segundos le echan en cara la "represión" contra mineros, muy menor: "hay algunas ONGs, ha dicho Humala, que gustan en Europa, que se dedican a hacer política interna, que incluso instan a los indígenas a la violencia o a dedicarse a los bosques. Y los indígenas no tienen que ser guardaparques, tienen que ser ciudadanos".
     Humala ve mal el extractivismo (pese al auge minero) y ha declarado: "no podemos alcanzar el desarrollo solo con la venta de materias primas. Este es un modelo colonial que no funciona (...) No se debe ubicar la ideología en la macroeconomía. Hay que ponerla después, a la hora de distribuir la renta y el esfuerzo". Hasta aquí, el gobierno peruano ha sorteado la caída de los precios de las materias primas y el fin del auge en la demanda china. Como él mismo lo dice, Humala es el chófer de una combi que ha sabido llevar como chófer, no como cafre: es decir, sin frenazos, sobresaltos ni volantazos.
    ¿La aspiración? "Que haya continuidad (no de personas, agreguemos), que el Perú se despoje del complejo de Adán, de creer que se inaugura el mundo con cada cambio". Demasiado sensato para ser oído a la izquierda. A la derecha, Ollanta Humala habrá sabido sortear las embestidas de un fujimorismo todavía bastante fuerte. Nada de lo anterior es poca cosa.

BOLIVIA: GARCIA LINERA Y LOS "LIBRE PENSADORES"

El vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, se ganó la animadversión de unas cuantas decenas de intelectuales al criticar a cuatro organizaciones no gubernamentales (ONGs) que, nótese bien, no fueron perseguidas de ningún modo en los hechos: Fundación Tierra, Fundación Milenio, Centro de Estudios y Desarrollo Laboral (CEDLA) y Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB). Palabras más palabras menos, García Linera les pidió a estas ONGs no meterse en política.
     Los intelectuales "abajo-firmantes" de inmediato vieron un intento por "criminalizar la oposición", en el peor de los casos, y en el mejor advirtieron contra un "gesto de autoritarismo e intolerancia" que podría hacer retroceder la democracia en Bolivia. En ningún momento estos intelectuales -por lo demás bastante menos feroces con otros regímenes neoextractivistas- mencionaron la argumentación de García Linera, expuesta por cierto con lujo de detalles en un libro, Geopolítica de la Amazonia, de difusión gratuita en la Web.
     Según García Linera, en lugares como la Amazonia hay un proyecto transnacional que consiste en explotar los recursos preservando al mismo tiempo algunos de ellos (como los bosques) y a los indígenas (tal vez como parte del paisaje, agreguemos) mediante redes clientelares tejidas por ONGs: el objetivo para las transnacionales, acostumbradas a no tratar con el Estado, sería pagarle a éste el mínimo de impuestos y lograr así una ganancia extraordinaria. Según García Linera, lejos de ser una tarjeta postal (digamos), la Amazonia es reino de un dominio que es a la vez hacendal y transnacional y en el que los indígenas hacen las veces de clientelas, todo sin permitir mayor presencia estatal (para lo que sea, incluso para desarrollar si se quiere un capitalismo "andino-amazónico"). Algunas ONGs estarían refrendando la visión de estos parajes como "naturales", cuando actúan en ellos en realidad poderes importantes. En concreto, García Linera dijo que la visión de algunas ONGs es muy similar a la de agencias como la USAID (Conserving Biodiversity in the Amazon Basin), la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional. Muy en concreto, García Linera consideró que los miembros de la ONGs pueden hacer toda la política que quieran, pero en partidos políticos y no como cobertura de intereses de las transnacionales.
      Examinando los sitios Web de las ONGs criticadas, aunque no perseguidas (y no está en peligro de ninguna manera la grandilocuente "democracia en Bolivia", ni siquiera por un exabrupto), puede parecer que el vicepresidente se extralimitó, incluso contra los "trotkistas verdes". Sin embargo, no es un secreto que entre los años '80 y '90, en plena debacle de la izquierda y en la crisis "neoliberal", no faltaron "pensadores" que optaron por granjearse puestos y fondos -con estilos de vida correspondientes- de toda suerte de Fundaciones y ONGs para prestarles servicios sin reparar mayormente en su origen ni en su financiamiento internacional, no siempre bienintencionado. Era el momento en que el Estado se venía abajo, en que los "pensadores" pensaban en "sálvese quién pueda"; ahora que se quiere rehacer o tan solo construir un Estado, hay un dejo de antiestatismo -todo Estado es un represor en potencia- entre estos mismos "pensadores" -incapaces de reconstituir la voz del adversario- que es tan incómodo como los arranques ocasionales de García Linera.

martes, 25 de agosto de 2015

ECUADOR: DOS IZQUIERDAS CATASTROFICAS

No toma muchos minutos encontrar en la Web testimonios visuales del modo en que en protestas recientes los agentes de seguridad ecuatorianos fueron agredidos con brutalidad por grupos de manifestantes dispuestos a mucho con tal de provocar.
     Quienes han criticado al mandatario ecuatoriano Rafael Correa  excomulgándolo de la izquierda no pudieron siquiera citar el uso de perdigones -por parte de manifestantes- contra las fuerzas del orden en Morona Santiago. Por lo demás, antes de la jornada de protesta de algunos días atrás unos 100 líderes indígenas -descontentos con los organizadores de las marchas- se reunieron con Correa en santa paz. Ni las reivindicaciones del FUT (Frente Unitario de Trabajadores) tenían demasiada razón de ser: justo se estaba tramitando legislativamente una nueva ley de justicia laboral y el gobierno de Correa muy pronto ratificó los derechos de huelga, de sindicalización y de contratación colectiva, entre otros, del mismo modo en que reconoció derechos a los trabajadores autónomos y la seguridad social para las amas de casa.
      Este uso de la excomunión no es desde luego una práctica moderna ni realmente laica. Si es un desastre entre columnistas de portales de izquierda y ni se diga entre intelectuales, el otro problema está en una parte de la izquierda oficialista ecuatoriana, que no tiene ningún proyecto cultural ni hegemónico serio y que se limita a la retórica, como si el arte del gobierno fuera el de un torneo de oratoria (que puede pasar igual por los programas de "noticias sociales" con Marcela Viteri).
      Los provocadores son un poco nuevos y sorprenden, entre otras cosas por su virulencia y su parecido con la violencia oligárquica, que habla para callar. Para cierta izquierda enquistada en el oficialismo ecuatoriano y en busca de estatus, seguramente valga lo que Doris Soliz, Secretaria Ejecutiva de Alianza País, dijo hace poco en un programa televisivo (GamaNoticiasEc) sobre la política latinoamericana: en ésta "se dice lo que no se hace y se hace lo que no se dice".
      No hay motivo para radicalizar un proceso -que incluso puede ser "pequeño burgués", según el insulto de alguien, o democrático burgués, lo cual sería de desear donde abundan los resabios feudales- que ha dado ya bastantes muestras de atención a la problemática social: la pobreza, del 60 % en los años '90, cayó a 22 %, la tasa de desempleo ecuatoriana (4,5 %) es una de las más bajas del continente,, el Ecuador es uno de los países latinoamericanos que más ha reducido la desigualdad (la diferencia entre el 10 % más rico de la población y el 10 % más pobre disminuyó de 42 a 22), el ingreso promedio cubre el 93 % de la canasta básica (contra 50 % antes de 2007) y las leyes para universalizar la educación y la salud no son pocas, antes al contrario.
       Se puede ser de izquierda desde adelante (pensando en salir no del capitalismo, sino del subdesarrollo y el atraso), o se puede ser de izquierda con un "anti" dudoso: no querer capitalismo (ninguno) es una buena forma de perpetuarse en los privilegios feudales y de encontrar juntos al señor y sus siervos "en contra de..." y a nombre de "la familia ecuatoriana" (y sus entenados).

lunes, 24 de agosto de 2015

ECUADOR: EL DIA EN QUE CORREA NO LOS HIZO COMPADRES...

En los últimos días han aparecido en distintos portales de izquierda condenas contra la "represión" ejercida por el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa. Incluso los hay que acusan a este presidente de haber pasado la "raya" -la misma de la represión- que separa a quien es de izquierda de quien no lo es. Lo que no está de más decir es que, en más de un caso, la "represión" -menos violenta de lo que sugiere la "palabrota"- fue en respuesta a provocaciones de manifestantes, algo que ya ha ocurrido previamente (en particular en Quito, la capital ecuatoriana).
      Muchos manifestantes, indígenas, desviaron el tema de debate, para colocarlo en el derecho o no derecho de Rafael Correa a reelegirse. No todo condena a los indígenas y lo cierto es que, como sucedía en su momento con el hoy extinto mandatario venezolano Hugo Chávez, tanta reelección podría ocultar una seria dificultad para formar cuadros y asegurar la continuidad de un proceso. No todo condena a los indígenas tampoco cuando defienden ciertas posesiones comunales frente a un neoextractivismo peligroso.
      Sin embargo, el tema no era éste. El asunto es que Correa quiso sacar adelante dos leyes -sobre las herencias y sobre la plusvalía (ganancias extraordinarias)- que forman parte, desde hace años, de un esfuerzo por lograr un sistema fiscal (impositivo) progresivo. De inmediato, la oligarquía, atrincherada en Guayaquil con el alcalde Jaime Nebot a la cabeza y con el liderazgo del banquero y político Guillermo Lasso (igualmente guayaquileño), muy derechista, alertó contra un supuesto atentado contra el patrimonio de "la familia ecuatoriana".
      En entrevista reciente para TVL Noticias en el Ecuador, la asambleista Rosana Alvarado, oficialista, reconocía que las leyes -retiradas por Correa- habían sido mal discutidas y peor aprobadas, por vía "económica urgente". La misma Alvarado no dudó en reconocer también que años en el gobierno han provocado desgaste en el movimiento de Correa. Nadie salio en realidad a imponer nada por la fuerza -no fue ése el propósito de la "represión"puesto que las leyes fueron retiradas.
      No todos los indígenas son iguales, porque son personas y no una casta, contra lo que creen algunos. Miguel Lluco, por ejemplo, indígena antiguo dirigente de Ecuarunari y de Pachakutik, críticó (la entrevista está en Youtube en la Agencia Andes) los liderazgos actuales de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, y una parte de las bases es partidaria de dialogar con Correa.
      Lo que no es muy explicable es lo siguiente:
      -que los intelectuales que criticaron a Correa no hayan reconstituido los hechos (como el uso de bengalas y cocteles incendiarios por parte de manifestantes para romper cordones policíacos cerca de la residencia presidencial en Quito)
      -que no hayan defendido dos leyes de Correa que eran de elemental justicia social
      -que se hable de "represión" -más allá del uso de la fuerza muy limitado, sobre todo con gases lacrimógenos- cuando ninguno de los líderes opositores, sea oligarca o indígena, ha sido perseguido.
      -que no haya cuestionamiento ninguno sobre las reiteradas metidas de pata de algunos líderes indígenas que, al parecer, no tienen inconveniente en seguir sirviéndole la mesa -preelectoral, por ejemplo- al patrón, con una conducta que es por lo demás de casta. El supuesto, desde luego, es que el indígena no es persona, puesto que: 1) es víctima, y 2) como indígena y como víctima, está exento de errores y no se le puede decir nada, como tampoco al patrón. Esta visión del mundo dice mucho sobre la extrema izquierda que sirve como punta de lanza a la derecha oligárquica.

martes, 18 de agosto de 2015

RUSIA: LA GUERRA IDEOLOGICA PERDIDA

El cineasta ruso Nikita Mikhalkov sacó hace poco un nuevo filme, "Insolación". Hay en esta película -muy costosa, como otras de este realizador que en tiempos soviéticos era más modesto- una que otra creencia que vale la pena tomar en cuenta. El tema del filme, a partir de dos obras de Iván Bunin, es la Rusia de los años '20 y de la guerra civil.
      ¿La idea? La tarea de la clase alta es predicar con el ejemplo, se entiende que de virtud, de tal modo que ésta le sea inculcada a las clases bajas. Si la clase alta únicamente se preocupa por sus propias inquietudes y sus ambiciones personales, creará descontento abajo, la creencia de que no hay valores y de que "nada importa". Así, tal vez Rusia llegó a la terrible situación de la guerra civil -entre 1919 y 1921, aproximadamente- porque la clase alta, completamente despreocupada, no tuvo una "atención paterna adecuada" para educar a los proletarios.
      La creencia es que la actual clase alta rusa, además de poner el ejemplo, podría dedicarse aunque sea un poco a la educación de los demás. Todo lo dicho suena interesante. El portal ruso Odnako se ha preguntado sin embargo si había algo en el pasado zarista que empujara al clero, a los militares y a la burocracia zarista a una supuesta "mística de la responsabilidad" que tomara el lugar del régimen de servidumbre. Odnako se burla: educar a los siervos no está ni siquiera en el derecho hereditario de la nobleza, que por lo demás nunca ha sido una "élite santa".
     Lo que las últimas realizaciones de Mikhalkov -más allá del patriotismo en el tema de la Gran Guerra Patria y de la capacidad para servirse del teatro en el cine- muestran es que la élite cultural rusa no ha sido capaz de formular una "visión del mundo" para el mandatario ruso Vladimir Putin. Efectivamente, a fuerza de rechazar toda ideología, Rusia no tiene ninguna clara y a lo único a lo que ha llegado es a un zarismo soviétizante, o algo parecido.

lunes, 17 de agosto de 2015

RUSIA: LA LIBERTAD EMPRESARIAL CONTRA EL ESTADO

La élite rusa se complace -al igual que el mandatario ruso, Vladimir Putin, en ciertas ocasiones- en llamar a crear un "clima de negocios", a dar todas las facilidades para la "libertad empresarial" y a los "valores de la iniciativa" en este terreno. No suena mal, aunque el discurso pareciera suponer que cuando existía la Unión Soviética lo único que había era "escasez", y por falta de iniciativa privada.
     Anatoli Sorokin ha demostrado que en el pasado las cosas no fueron exactamente así. Tal vez Putin y la oligarquía rusa se estén peleando con el Estado. En cambio, durante los años en que el líder soviético fue Stalin, he aquí los hechos (conocidos y citados por Sorokin en el portal ruso Odnako):
     -hasta 2 millones de ciudadanos soviéticos llegaron a trabajar en pequeñas y medianas empresas
     -había 114 mil empresas privadas, desde zapaterías hasta metalurgia.
     -en los bienes de consumo, la iniciativa privada oscilaba entre el 40 % y 70 %, según el rubro (desde muebles hasta electrodomésticos). En juguetes para niños, el 100 % era privado.
     -había 100 laboratorios (incluyendo 22 de investgación experimental y 2 institutos) en manos privadas.
      -ni siquiera en la alta tecnología se excluyó la participación privada.
Sorokin concluye que el socialismo no estaba reñido con la libertad de emprender ni de hacer negocios (y hay que entender que las causas de la supresión de la NEP -Nueva Política Económica fueron otras, como la especulación). Según Sorokin, en tiempos de Stalin hasta el 6 % del producto interno bruto (PIB) correspondía a pequeñas y medianas empresas. Dicho sea de paso, eran empresas legales, no criminales.
     La élite rusa y Putin podrían pelearse con Nikita Jruschov, el hombre que a finales de los años '50 decidió frenar el rápido crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, tal vez porque todo negocio era supuestamente "malo". Al fin y al cabo que Jruschov cambió el socialismo por la versión soviética del Estado de Bienestar y abrió la puerta para la pugna ideológica -que no pasade ser éso- entre "Estado" y "mercado", o entre "burocracia" y "libertad empresarial". Lo que es el nivel ideológico en la Federación Rusa, de por sí deplorable bajo el socialismo de posguerra, no parece mejorar al ritmo del "clima de negocios" y las iniciativas -loables, si son ricas (en sabor)- de "comida rápida Mikhalkov"..

PUTIN CON STOLYPIN, O DE COMO SER ARCHIREACCIONARIO

Un  poco bajo la influencia de Nikita Mikhalkov, convertido en admirador del zar Alejandro III (aunque Mikhalkov fue niño mimado del sovietismo en tiempos de Brezhnev, en particular), el mandatario ruso, Vladimir Putin, no ha ocultado su admiración -pese a que Putin es producto del sovietismo y que Occidente lo ha percibido perfectamente bien- por Piotr Stolypin, un "reformador" prerevolucionario (en este caso, con Nicolás II).
     En términos latinoamericanos, Stolypin era partidario de "poca política y mucha administración" (la fórmula del Porfiriato mexicano). o si se quiere, de reforzar la autocracia al mismo tiempo que se modernizaba la economía, para lo cual Stolypin dió el arranque a una reforma agraria. Actualmente, la discusión sobre el tema en Rusia es bastante agria.
     En materia política, Stolypin no dudaba en reprimir (sobre todo después de la Revolución de 1905), en particular a la oposición socialista (a la que reservaba su "mátenlos en caliente" con la pena de muerte), ni en gobernar por decretos (ucases). La horca llegó a ser conocida como "la corbata de Stolypin".
     Al mismo tiempo, este funcionario quiso disolver la propiedad comunal rusa (mir y obshchina) y propagar la pequeña propiedad, al permitirse la compra-venta de tierras. Desde luego, lo que la archireaccionaria élite rusa actual quisiera es una modernización económica -lejos de todo lo comunal- con un régimen político inamovible que garantice que no haya competencia en la captación de esta "renta". El resultado es una élite que no parece admitir mayormente un cambio desde abajo, mientras que Putin se mueve entre la adhesión popular -que tiene- y la presión de la élite por mantener un régimen casi monolítico. En 2008, según una encuesta, Stolypin parecía ser el segundo personaje histórico más popular entre los rusos, que quieren de este modo andar haciendo dinero con el menor número de políticos posible (en lo que no hay diferencia con Occidente, por cierto), salvo para "seguridad".
       Gracias a lo que era en realidad cortedad de miras, Stoplypin, según el químico e historiador Serguei Kara-Murza (alguien que vivió un buen rato en Cuba), consiguió la ira de los campesinos que a la larga lograron mantener la tradición comunitaria y convertirla en lo mejor de la solidaridad soviética hasta Jruschov.
       "Archireaccionario" quiere decir simplemente que la élite rusa reacciona -y mal-. a todo lo que se mueve, salvo cuando se trata del dnero. No es muy diferente de Occidente.

domingo, 16 de agosto de 2015

CHINA-RUSIA: NO TAN APRISA....

Eurasia está todavía lejos de convertirse en un polo de desarrollo alternativo al del Atlántico. Cierto, están en marcha los planes de conectar por red ferroviaria a China con Alemania (Chongqing-Duisburg, 10 mil 800 kilómetros), cruzando el "mar de la estepa". Y ciertamente también, se han fortalecido las relaciones entre Moscú y Beijing,al grado que algunos analistas piensan que, frente a las dificultades para estrechar lazos con Europa Occidental, la Federación Rusa está construyendo "la Gran Alianza" con China.
      En realidad, como lo sugiriera Eugene Súper en un reciente análisis en el portal ruso Odnako, las cosas no van exactamente de ese modo. En realidad, estas "cosas" de detienen en Kazajstán, donde China tiene inversiones importantes. Entre China y Kzajastán, la construcción de tuberías va: un poco más adelante, en la frontera de Kazajstán y Rusia, las tuberías no van. Nadie se apura.
      La razón aducida por Super es que la élite rusa no tiene interés en China, y es cierto. Desde hace décadas y siguiendo modas del zarismo -cuando el ruso buscaba a qué aristócrata occidental imitar, si francés, alemán, italiano o británico-, la élite rusa ha mirado a Europa Occidental -y ahora suele mirar también un poco a Estados Unidos. Esa élite nunca ha puesto los ojos en China, país al que desprecia y teme al mismo tiempo, mientras que a Occidente se le admira, sobre todo en lo que es europeo. Las tenistas rusas se juntan con españoles, algunos cantantes y algunas actrices ex soviéticas se van a Nueva York o a California (como los antiguos disidentes iban a Estados Unidos y las librerías rusas se mueren de emoción por Serguei Dovlatov), los mafiosos y otros oligarcas buscan invertir en las costas del Mediterráneo, una parte de la intelectualidad ama París y más de un magnate se compra equipos de futbol por ejemplo en el Reino Unido. No hay en este momento nada en la cultura ni en la sociedad rusas que tenga los ojos puestos en China. Sin duda, Beijing le tendió la mano con un buen proyecto energético a Moscú en pleno periodo de sanciones occidentales y el presidente ruso Vladimir Putin tiene simpatía por el gigante asiático. Pero el asunto hasta ahora se detiene en Kazajstán y el chino no es apreciado por un ruso que no termina de salir de algunos sueños de grandeza imperial al estilo occidental, nunca oriental. La gran alianza ruso-china no es para mañana, salvo en casos puntuales y por lo pronto aislados.

miércoles, 12 de agosto de 2015

WASHINGTON-MOSCU: PLAYING WITH THE BOMB...

Después de lanzarle dos bombas atómicas a Japón y de que Douglas MacArthur calculara lanzarle otra a China, Estados Unidos, no muy a gusto con la bomba atómica soviética, empezó a entrever la posibilidad de asestarle a Moscú un golpe nuclear que no dejara cabida a respuesta ninguna.
     El asunto no es de los tiempos actuales, pese a que hoy está latente. El asunto data incluso de antes de la crisis de los misiles en Cuba en 1962 y ha sido documentado entre otros por el escritor e investigador Peter Dale Scott. De acuerdo con archivos desclasificados estadounidenses y que hoy circulan sin muchos problemas por la Web (a condición de hacer una búsqueda mínima), fue al principio del año 1957 (por lo tanto, apenas seis años después de que MacArthur fuera destituido por querer lanzarle a los chinos un bombazo atómico) que los militares estadounidenses pensaron en un primer golpe nuclear contra la Unión Soviética. En julio de 1961, los planes le fueron presentados al entonces presidente estadounidense John F. Kennedy: en particular, una parte de la Central de Inteligencia Americana y de la Fuerza Area calculó que había una "ventana de oportunidad" con misiles balísticos y que tal vez podría ser aprovechada en 1963 (los archivos narran el encuentro del Consejo Nacional de Seguridad el 20 de julio de 1961, donde varios jerarcas militares presentaron planes para un ataque sorpresa).
      Aunque al final no abundó mucho en el asunto, el querido líder John F. Kennedy no dejó de hacer sus propios cálculos. Se sabe más gracias al llamado "Memorándum Burris" desclasificado en 1993: la idea en Washington era escalar la tensión hasta conseguir el ataque sorpresa en 1963. Informado de los planes, Kennedy quiso evaluar el alcance de los daños que podían causarse en la Unión Sovietica y si existía la posibilidad de adelantar el golpe para el invierno de 1962. Se le contestó que era preferible diciembre de 1963. Kennedy preguntó igualmente cuantos ciudadanos estadounidenses debían estar temporalmente en refugios luego del ataque. Se le contestó que esos ciudadanos debían estar en refugios dos semanas (!).
       A nadie, en ese momento, se le pasó por la cabeza que se estaba discutiendo una locura. No: simplemente eran cálculos y la única "locura" que ha pasado a la Historia -oficial- es la crisis cubana de 1962, bajo el supuesto de que la locura estaba en "la amenaza de Moscú" y en la cabeza de los líderes soviéticos. Si nosotros somos los que lanzamos la bomba, no es ninguna locura: es una forma de entretenerse en algo, y encima, de obtener alguna ventaja.

¿LA BOMBA? FUE ALGO DIVERTIDO...

Varios de los pilotos que lanzaron las bombas atómicas sobre Japón jamás mostraron el menor arrepentimiento por haberlo hecho, aunque nunca supieron  por qué lo hicieron.
      Paul Tibbets, un piloto clave, cuando vió que la bomba había caído, expresó: "Dios, me alegro de que haya funcionado". Es probable que Tibbets no tuviera una conciencia exacta de qué es lo que había funcionado.
      Con el típico estilo del estadounidense promedio, tonto y bonachón, otro piloto, Theodore Van Kirk, declaró más tarde: "nunca voy a pedir disculpas por lo que hicimos en Hiroshima, y nunca lo haré". "Lanzar la bomba atómica fue la mejor decisión", declaró también van Kirk. No es exactamente que obedecieran órdenes: estos pilotos estaban convencidos de que Japon era un peligro mayor.
     Por lo demás, los estadounidenses, después de Hiroshima y Nagasaki, comenzaron a entusiasmarse por este "método" para derrotar rápidamente al enemigo. Durante la guerra de Corea, a principios de los años '50, el general Douglas MacArthur quería "repetir" contra China. En 1951, Harry S. Truman tuvo que destituir al beligerante MacArthur, quien se había acercado peligrosamente a las fronteras soviética y china en la guerra coreana. ¿Qué sucedía? Sucedía que la Unión Soviética ya tenía la bomba atómica.
      El general Eisenhower declaró alguna vez sobre Hiroshima: "Japón ya estaba derrotado. Lanzar la bomba fue una medida completamente innecesaria".
       El almirante Nimitz, comandante de la Flota estadounidense del Pacífico, declaró: "desde el punto de vista puramente militar, la explosión de la bomba atómica no desempeñó ningún papel decisivo para la derrota final". Otro militar, el almirante Leahy, consideró: "el ataque nuclear no ha tenido ningún impacto significativo en el curso de la guerra con Japón. Los japoneses estaban dispuestos a rendirse".
      Tibbets y Van Kirk resultaron así seres que hasta el final estuvieron orgullosos -otra vez, algo típicamente estadounidense- de hacer algo sin saber bien a bien para qué. Contaba más que la idiotez fuera de factura estadounidense. Tibbets y Van Kirk, como los astronautas de Tom Wolfe, tenian "lo que hay que tener".

domingo, 9 de agosto de 2015

HIROSHIMA-NAGASAKI: DE CIERTAS RAZONES PARA USAR LA BOMBA

Es solo a partir de 1989 que algunos estudiosos han podido tener acceso a documentos estadounidenses de inteligencia militar que explican cómo se tomó la decisión de usar la bomba atómica contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki hacia el final de la segunda Guerra Mundial. Con documentos de archivo al apoyo, Gar Alperovitz aborda largamente el tema en el libro The decision to use the atomic bomb (La decisión de usar la bomba atómica).
     Algunos documentos militares de entre enero y abril de 1946, aproximadamente, señalan que Estados Unidos sabía dos cosas antes de lanzar las bombas atómicas:
     -que no era necesario usarlas
     -que no era necesaria una invasión de Japón para obtener su rendición (operaciones Coronet/Olympic/Downfall).
     Concentrada en la guerra brutal contra Alemania, la Unión Soviética no había abierto el frente contra Japón, aunque había fuertes posibilidades de que lo hiciera, sobre todo después de claras victorias (posteriores a Stalingrado) como la europea de Kursk en agosto de 1943. En un principio, los aliados querían que Moscú precipitara la apertura del frente oriental contra Japón. Entre abril y junio de 1945, curiosamente, este anhelo dejó de mencionarse en los documentos estadounidenses: era como si, ahora, los occidentales ya no quisieran esta entrada en guerra soviética y temieran incluso que Moscú quisiera invadir el archipiélago, haciéndose de las condiciones idóneas para negociar con Japón. De 1941 a 1945, Japón había hecho por su parte todo lo posible por no aumentar las hostilidades contra los soviéticos.
      En otros términos, y a pesar de que hay algunos periodos en 1945 de archivos destruidos o de muy difícil acceso, queda claro que a partir de cierto momento, viendo que la Unión Soviética se hacía imbatible (y podía concentrar hasta un millón de hombres en el Extremo Oriente), Occidente temió, para decirlo de manera muy sencilla, que Moscú "se le adelantara" en Japón (desde Yalta en febrero de 1945, por lo demás, las relaciones entre Occidente y la Unión Soviética se estaban volviendo algo tensas). Sin motivos en Japón para hacerlo (no era necesario, ni siquiera había que invadir), Estados Unidos se precipito a lanzar dos bombas atómicas que fueron una clara advertencia, y no precisamente contra Tokio, según consta en archivos de la inteligencia militar estadounidense.

jueves, 6 de agosto de 2015

WASHINGTON CONTRA MOSCU: EL TURKISH STREAM

La Federación Rusa, como parte de su proyecto de suministro de gas a Europa Occidental sin pasar por Ucrania, planeó una "ruta turca", luego de que Estados Unidos forzara a Bulgaria a impedir la construcción del South Stream. La ruta turca (Turkish Stream) debía involucrar a Grecia, Macedonia y Serbia. Washington no tardó en mandar personeros a la capital griega, Atenas, para que el gobierno de Alexis Tsipras renunciara a participar en el proyecto ruso-turco. En Serbia aparecieron curiosamente veleidades secesionistas nuevas, ahora en Voivodina, región que debía conectar el gasoducto a Hungría (una parte de la población de Voivodina es de origen húngaro).
     A principios de mayo, Estados Unidos planeó un golpe de Estado en el eslabón más débil de la cadena, Macedonia, aprovechando que aquí vive una minoría albanesa-musulmana. Ex miembros del terrorista y narcotraficante Ejército de Liberación de Kosovo estuvieron preparando el golpe el 9 de mayo en Macedonia, incluyendo a Fadil Fejzullahu (muerto en la acción armada del golpe), vinculado a Paul Wohlers, embajador de Estados Unidos en Skopje, capital macedonia. El jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, se pronunció sobre la intentona armada sin condenar al terrorismo de origen albanés (al contrario, Stoltenberg salió con su amor por las "etnias") ni respaldar al gobierno de Macedonia.
      Ya en enero de 2015, la llamada "ex república yugoslava de Macedonia" (como parte del ridículo por "odios ancestrales" sobre el nombre de Macedonia) tuvo que desmantelar otro intento de golpe, que buscaba beneficiar al socialdemócrata Zoran Zaev. Estaba planeada con una manifestación en Skopje una provocación armada idéntica a la del Maidán en Kiev, capital ucraniana, y coordinada -a favor de un izquierdista, el mismo Zaev- por Mile Zechevich, ligado a una de las fundaciones del megaespeculador financiero George Soros. No parece que Estados Unidos vaya a dejar tan fácilmente que la Federación Rusa suministre gas a Europa, ni que el flanco sur de la frontera europea rusa sea independiente.

miércoles, 5 de agosto de 2015

NUEVAS PERDIDAS PARA RUSIA

La Federación Rusa contó durante mucho tiempo con crear algo así como una "interdependencia" con Europa que alejara a ésta de la órbita estadounidense. Hay aquí reminiscencias de lo que el último líder soviético, Mijaíl Gorbachov, quiso hacer en algún momento con su "hogar común europeo".
     Como parte de este proyecto, los gobiernos rusos Putin/Medvedev quisieron crear una red de gasoductos que volvieran a Europa -en especial a Europa Occidental- dependiente de Rusia.
      El proyecto South Stream debía transportar gas natural ruso vía el mar Negro, llegar a Bulgaria y de ahí a Hungría y Austria, con la participación del gigante ruso del gas Gazprom y la italiana ENI. Por presiones estadounidenses sobre varios países del sur de Europa del Este (en los Balcanes) y la rivalidad con el proyecto occidental Nabucco, el presidente ruso Vladimir Putin tuvo que dar por cancelado el South Stream en diciembre pasado.
     Rusia volteó hacia el Turkish Stream, para que el paso de gas ruso a Europa se haga vía Turquía. Rusia quería cuatro ramales del gasoducto, pero Turquía, país de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), solo quiere uno (para cubrir las necesidades turcas) y no los otros tres destinados a Europa. Aquí también, la presión estadounidense existe. Putin tuvo que adimitir por lo pronto la construcción de un ramal dejando los otros tres en el aire, según da cuenta Juan Pablo Duch, corresponsal de un periódico mexicano. Por lo demás, los turcos no quieren que sea Gazprom, sino un consorcio local, el que  opere el proyecto en Turquía y la region. Desde este punto de vista y considerando lo expuesto, el proyecto ruso de "hogar común europeo" no parece haber cuajado, salvo en el Nord Stream (Rusia-Alemania), defendido por su presidente Gerhard Schroder.

GRECIA: CUANDO SYRIZA LAS ACUMULA...

Todo parecía indicar hace un tiempo que el nuevo gobierno griego de Syriza se alzaba como un gobierno de salvación nacional, frente a la bancarrota. Sin embargo, en la coalición gubernamental, al parecer, casi todo el mundo siguió jugando sus intereses sin mayor atención por las cargas que recaen sobre el mundo griego del trabajo.
      El primero en celebrar el nuevo "salvamento" para Grecia, acordado con la venia del primer ministro Alexis Tsipras, fue el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, cuyo campo de acción, que se sepa, no es la economía. Este funcionario salió a decir que el salvamento fue "importante para toda la OTAN", considerando entre otras cosas que, como lo ha dicho manlio Dinucci en Il Manifesto, Grecia dedica a la defensa una cantidad de su producto interno bruto (2 %) comparable únicamente al Reino Unido y a Estonia. Así que Tsipras quedó bien con la OTAN, que cuenta en Grecia con una base militar en la isla de Creta (bahía de Suda), desde donde se ha agredido en los últimos años a Libia y a Siria.
      Panos Kammenos, ministro de defensa del gobierno de Tsipras y hombre de derecha, aprovechó para firmar un importante acuerdo militar ni más ni menos que con Israel, a mediados de julio. Con este tipo de acuerdos y con la bendición de la OTAN, Grecia pasa a formar parte de una recomposición de fuerzas que incluye a Turquía (pese a las añejas rivalidades entre griegos y turcos por Chipre) y que se extiende hasta Ucrania y Saudiarabia.
     No fue ninguna victoria alemana, ni habrá vuelta del fascismo -contra lo que creen los izquierdistas al estilo Ramonete y Cortadillo- para que podamos hacernos los héroes con lo que sea, incluso con comodidad, y trascender ("pasar a la Historia") sin tener que jugarnos algo de humano "en esta Tierra y en este instante". Basta ver el festinar de la OTAN y las consecuencias geopolíticas de lo hecho por Tsipras -un izquierdista- para percatarse de que el logro fue, en lo fundamental, uno estadounidense, como lo fue -también con izquierdismo por delante- en el Maidán ucraniano. Es solo por alguna "falla técnica" que seguramente Estados Unidos no obtuvo, contra lo que buscaba, una "revolución de colores" en Macedonia para seguir consolidando el flanco sur de la frontera europea rusa.

¿QUIÉN APAGA LA LUZ?

 Como lo señalara Donald J. Trump, candidato estadounidense a la presidencia, Rusia es una formidable maquinaria de guerra: si la apuesta de...