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viernes, 27 de noviembre de 2015

CUBA Y LA IZQUIERDA LATINOAMERICANISTA, O PARECE QUE SE FUE LA LUZ (y iii)

No todos los cubanos están ciegos sobre los efectos que pudiera tener en Cuba la "reconciliación" con Estados Unidos -incluyendo los efectos sobre las ciencias sociales. En el portal "Con Nuestra América", Rafael Cuevas Molina, de la Asociación por la Unidad de Nuestra América, de Costa Rica, ha sugerido lo obvio: Washington quiere lograr con el llamado soft power (poder blando) lo que en décadas no consiguió por las malas.
     Desde Cuba, en una intervención reproducida en Cubadebate, Fernando Martínez Heredia ha alertado sobre los peligros que acechan a las ciencias sociales cubanas. Lo interesante es que lo dicho sobre estas ciencias incumbe a las de toda la América Latina. Estas son las constataciones:
     -el paso del pensamiento "débil" al "único" y finalmente al nulo, "el ningún pensamiento, una suerte de proceso de idiotización de masas". "Si permitimos que este retroceso descomunal de las capacidades y las cualidades humanas se instale entre nosotros, ha dicho Martínez Heredia, que se vuelva creencia compartida y sentido común, tendría consecuencias funestas, y sería un factor importante del desarme ideológico que trata de ganar terreno en nuestro país". En el resto de América Latina parece creerse en una "neutralidad" que es en realidad, con frecuencia, una forma sutil de control ideológico por parte de quienes manejan las variables del poder.
     -el problema de quien, teniendo alguna formación social, "en ese mismo acto, explica Martínez Heredia, se va tornando un extranjero en su propia cultura y el pueblo en que nació, en cuanto permanece en el estado de colonización mental y vive en la ansiedad de ser aceptado por los extraños que son dueños del saber y del juicio". Más allá de Cuba, agreguemos, muchos ya no pueden hacer algo que no sea lo que les dicta la agenda de algún organismo internacional o de un campus estadounidense.
     -"El pensamiento teórico -afirma Martínez Heredia- está desvalorizado y se realizan muy pocas investigaciones y publicaciones en ese campo". En América Latina, un concepto es de inmediato "sospechoso de altanería" (una forma de agresión de la falsa erudición contra el pobre hombre natural)  y considerado un ataque a la simplicidad de la agenda formateada que incluye el instructivo para hacer circular las supuestas "ideas", en realidad sencillas palabras para armar.
     -Raúl Castro hizo un llamado a estudiar marxismo y reanimar las ciencias sociales. "Se investiga muy poco acerca del socialismo (...) y los jóvenes investigadores suelen desconocer el marxismo", afirma Díaz Heredia. Según este autor, el llamado del menor de los Castro no tuvo mayor efecto. Por lo demás, el divorcio entre una "élite" y los demás ha terminado por no fomentar el hábito de pensar ni el debate a escala del pueblo.
     -existe el peligro del remplazo de nuevos desarrollos intelectuales y espirituales por "consumos culturales" y "nuevas tecnologías", que en el resto de América Latina, agreguemos, ya están "en operatividad" como sucedáneos de ciencias sociales.
     -La incidencia de los buenos conocimientos -que los hay- es limitada entre las propias ciencias sociales y ni se diga en la sociedad.
     El llamado de alerta no debiera caer en saco roto, aunque en Cuba la batalla está en parte perdida por más de dos décadas de un clima acomodaticio, que está a la espera de la oportunidad que Estados Unidos parece querer brindar. Son las ciencias sociales latinoamericanas -convertidas en "adorno" y "actividad tolerada", para retomar las palabras del autor cubano- en su conjunto las que podrían darse por enteradas, salvo que, de nuevo citando a Martínez Heredia, suceda que para estas ciencias sus productos sean mercancías, sus usuarios, clientes, y su política la gestión de un negocio.

ESCOGER ENTRE INCONVENIENTES

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