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miércoles, 18 de noviembre de 2015

RUSIA: ¿VUELTA A LA CARRERA ARMAMENTISTA?

Con sanciones económicas y un cerco militar, Occidente, con Estados Unidos a la cabeza, parece haber calculado que la Federación Rusa no aguantaría y se encontraría en una situación muy vulnerable. No es seguro que el occidental promedio entienda que Rusia no es un país tan débil como se quiere hacer creer.
      Desde la llegada del actual mandatario ruso, Vladimir Putin, al Kremlin, Rusia terminó con el terrorismo en Chechenia y en una operación muy rápida defendió a Osetia del Sur, de un modo tan eficaz que el entonces presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, terminó literalmente tratando de comerse su corbata por el nerviosismo, . Del mismo modo, cuando se llevó a cabo en Crimea un referéndum para que esta península pasara a manos rusas, los sistemas de comunicaciones rusos bloquearon a los occidentales y ucranianos de tal modo que la consulta no fuera interrumpida por un ataque y un baño de sangre.
      Después de lo sucedido en Crimea, Estados Unidos despachó al Mar Negro (abril de 2014), cerca de esa península, el buque USS Donald Cook, parte del sistema de escudo antimisiles occidental en Europa y equipado con el radar Aegis (para ayudar a derribar misiles enemigos). En seis días, sin dar explicación, el USS Donald Cook tuvo que abandonar el lugar que Washington había escogido para "lanzar una advertencia" a Moscú. Un avión de combate ruso Sukhoi SU-34, sin armas (bombas o misiles), pero con un aparato electrónico de guerra (Khibin) debajo del fuselaje, se acercó al buque estadounidense y muy rápidamente dejó inoperantes en éste al radar, los circuitos de control de combate y el sistema de transmisión de datos, después de lo cual el SU-24 simuló el lanzamiento de un misil contra el barco. Simplemente, el SU-34 neutralizó a modo de prueba el "escudo antimisiles" del USS Donald Cook.
    Como sin quererlo, la televisión rusa mostró hace poco el "Status 6 Oceánico Multipropósito", un submarino nuclear que no puede ser detectado por los radares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y ningún sistema de misiles, y que puede llegar a costas enemigas (a título de ejemplo: Boston, Washington o Nueva York) para infligir  lo que se llama un "daño inaceptable asegurado". El 10 de noviembre, Putin dijo que Rusia contrarrestará el sistema antimisiles europeo con un equipo capaz de "penetrar el escudo". El Status-6 puede hacerlo.
     El 1 de septiembre de 2014, un informe del Departamento estadounidense de Estado reconoció que Rusia ha vuelto a alcanzar a Estados Unidos en el terreno de las armas estratégicas nucleares, por lo que hay una paridad similar a la de los años '70. Empero, Estados Unidos no ha renunciado a obtener la ventaja con el escudo antimisiles (como mínimo para chantajear y como máximo para una agresión de grandes proporciones) a riesgo de llevarse sorpresas.
     Occidente parece haber calculado que Rusia, como la Unión Soviética, se cargaría hacia "armamento muy pesado", cuantitativo, ineficiente y costoso (por llamarlo de algún modo), pero Putin optó por tecnología de mejor calidad que por lo demás debe tener aplicaciones a la vez civiles y militares, para beneficio de la economía rusa. En suma, Estados Unidos ha seguido calculando como si tuviera enfrente a un enemigo agotado, aunque la Federación Rusa no es la Unión Soviética. El problema es que por razones de crisis interna y de expectativas de ganancia Occidente parece seguir necesitando el probable error de percepción, que ni siquiera es "detectado" como tal.
   

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