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sábado, 20 de febrero de 2016

CHINA, SUS RUTAS DE LA SEDA Y RUSIA

China ya ha conseguido una "ruta de la seda" para unir a la ciudad de Chongqing con el puerto alemán de Duisburgo, pasando por Kazajstán, Rusia, Belarus y Polonia. Sin embargo, el gran proyecto chino parte de Beijing, sigue la ruta de Xl'An, Urumql y de Irán y Turquía para llegar a Europa, nótese bien, sin pasar por Rusia.
    China tomó la iniciativa de crear un Banco Asiático de Inversión en Infraestructura en el que, pese a las reticencias estadounidense y japonesa, participan tranquilamente Alemania (que hizo un aporte inicial importante), Francia, el Reino Unido y otros países europeos. Así, este Banco no aparece en realidad como la "alternativa asiática" al Banco Mundial. Pareciera que China se va abriendo múltiples opciones terrestres (frente a las marítimas de Estados Unidos), sobre todo que, como su nombre lo indica, el Banco está destinado a crear infraestructura. Los miembros asiáticos incluyen desde varios países del Asia Central ex soviética hasta monarquías del Golfo Pérsico (incluyendo Arabia Saudita, Qatar) y además India. Rusia es miembro fundador.
    La moneda china, el yuan, ya es parte de la cesta de divisas del Fondo Monetario Internacional, pero en esta organización una decisión válida debe tomarse con 85 % de   votos (China tiene 8%); el porcentaje estadounidense sigue siendo de 17,4 %, suficiente para bloquear cualquier iniciativa "inconveniente". Lo que no queda muy claro es si China está decidiendo por cuenta propia o buscando "tender puentes" hacia Europa Occidental y Estados Unidos, siempre por razones económicas (por ejemplo, la ruta Chongqing-Duisburgo es para exportaciones de Hewlett Packard, entre otras firmas) y sin ningún juego de "equipo" con otros países como Rusia, a riesgo de complicar más el panorama internacional. China está resultando ser la única potencia que "maniobra sola".

A VER A QUÉ HORA

 En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la me...