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lunes, 9 de mayo de 2016

RUSIA: ANTES DE QUE LLEGUEN LOS BANDIDOS, "TENGO EL HONOR DE..."

Parte del auténtico circo mental por el que atraviesa Rusia tiene que ver con una nostalgia fabricada sobre "el mundo que perdimos" -la fe, el zar, la patria. El cine ruso pasa una parte de su tiempo en "reconstituciones históricas" como la película "El almirante", una apología del guardia blanco Kolchak.
     "Vasilisa" (supuestamente sobre la vida de Vasilisa Kozhina) es una película sobre una mujer rusa guerrillera contra la invasión napoleónica de 1812, pero la heroína "tiene un asunto" con un oficial francés antes de ser salvada por uno ruso. Muy aristócrata, al fin y al cabo: la nobleza rusa recelaba de las guerrillas campesinas y era en cambio bastante aficionada a hablar francés en vez de ruso. Nakanune.ru ironiza que para la pobre aristocracia rusa era un martirio igual al café frío luchar contra Napoleón, teniendo que renunciar a la lengua francesa.
     "El héroe", con Dima Bilan, recrea una Rusia "aristócrata de espíritu", donde la gente -se burla otra vez el portal- comienza sus frases diciendo "tengo el honor de..." En medio de la primera Guerra Mundial, sucede simplemente que "una horda de borrachos -gente sin afeitar y no agobiada por el intelecto, ironiza Nakanune- empieza a destruir innecesariamente Rusia". ¿La aristocracia al olvido, para qué?¿Para que una horda de borrachines destruya palacios? "Este pueblo de salvajes, dice un personaje, no podía aceptar la libertad que Rusia no merecía y que negaba con un látigo y la horca". La princesa Chernysheva no lamenta que la aristocracia no pueda ya saquear, sino que las buenas mujeres del pueblo ruso "se acuestan con hombres por dinero" (al igual que la hija de la princesa, por lo demás).
     Como sea, la guardia blanca es desinteresada, busca el triunfo del bien, es sobria, tiene charreteras de oro y no es una turba de borrachos.
     Es es el tipo de suplicios que el cine "quinta columna" tiene "el honor de..." infligirle al público ruso, que por otra parte lee o escucha que los oficiales nazis daban de comer a los niños (mientras que los partisanos se comían hasta el último pan de la aldea, los muy bandidos) y otras linduras: antes de 70 años de "bandidaje" por parte de borrachines sucios, Rusia tenía un alma noble y pura -además de siervos obedientes- que se reconocía en los suyos -las aristocracias reales o supuestas de Francia, Alemania, etcétera.

A VER A QUÉ HORA

 En un libro reciente, el periodista J.J. Lemus, a partir de una investigación muy exhaustiva, ha demostrado hasta qué punto no existe la me...