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viernes, 27 de octubre de 2017

OCTUBRE 1917: ¿FUE LA ECONOMIA DE LA URSS TOTALMENTE ESTATAL?

El capitalismo, en el cual cuando es necesario el Estado interviene masivamente para salvar a los ricos y los financieros en aprietos, como ocurrió en la crisis de 2008, ha logrado convencer al habitante promedio de que el Estado en el socialismo "se robaba a los niños" o de que el "populismo" les "quita los apartamentos" a la clase media. El mismo capitalismo pinta un mercado que supuestamente se "autorregula" y funciona solito, mediante las señales de precios, como si hubiera "libertad absoluta" y no una competencia obstruída por monopolios, duopolios, oligopolios, etcétera...
     Samir Amin ha escrito en Octubre 1917 que "la oposición propuesta entre la 'economía de la penuria' (del socialismo) y la 'economía de la abundancia' (del capitalismo) constituye un discurso ideológico vacío. Es evidente que la penuria (las colas, etcétera) la producía la fijación (voluntaria) de los precios que permitía un acceso amplio al consumo, una concesión a las presiones igualitaristas ejercidas tanto por las clases populares como por las capas medias. Es evidente que al subir masivamente los precios ya no hay colas...pero la penuria, que aparentemente había desaparecido, sigue ahí, para quienes ya no tienen acceso al consumo. Las tiendas en México y en Egipto están llenas a rebosar de productos, y no hay colas delante de las carnicerías, aunque el consumo de carne per cápita es en estos países muy inferior al que había en la Europa del Este".
     En tiempos de Stalin existía mayor propiedad privada en la Unión Soviética que después (por ejemplo, a través del artel, a medio camino entre la cooperativa y el intercambio mercantil). En el campo, los koljoses permitían la pequeña iniciativa privada (huertos para la venta en el pequeño mercado). Después de Stalin y constatados los problemas de estatizarlo todo, se intentaron diversas reformas "de mercado", para combinar la planificación con mecanismos de regulación de mercado: sucedió con las reformas de Evsei Liberman en 1962 para fortalecer la autonomía de las empresas y con la reforma de Aleksei Kosyguin en 1965, que terminaría liberalizando las relaciones de propiedad, lo que Mijaíl Gorbachov finalmente puso en práctica "siguiendo los consejos del liberal abiertamente procapitalista Aganbeyan", como lo señala Amin. El economista egipcio recuerda: "(...) tuve ocasión de escuchar a Gorbachov en Rímini poco después del derrumbamiento. La impresión que me produjo fue la de que nunca había sido marxista y que ignoraba los principios más elementales del marxismo. La conclusión que saqué fue que no se trataba más que de un 'apparatchik' que hubiera podido hacer carrera en cualquier sistema político".
      Con la perestroika y luego con Boris Yeltsin se oficializó el saqueo que tenía sus antecedentes no en el "mercado" en general, sino en un mercado negro que no era de pequeñas proporciones, pero sí tolerado. "Una manifestación de la total negligencia benigna -han escrito Roger Keeran y Thomas Kenny en El socialismo traicionado- fue la casi nula persecusión de las actividades económicas evidentemente ilegales". Servían para imitar el consumo occidental y sortear la penuria, pero el costo de esta "válvula de escape" era la tolerancia al delito y la corrupción. "Dicho de manera simple, escriben esos autores, para existir y prosperar, la producción y la venta ilegal necesitaban de un nivel de corrupción en el Partido y en los funcionarios del Estado". El "mercado" que el capitalismo acabó festinando en la Unión Soviética fue el del delito elevado a rango de crimen, con tal de "no quedarse atrás" en la competencia con Occidente. Donde no llegaba a mafia, el "mercado" soviético de posguerra -el ilegal- era ya lo suficientemente corruptor en tiempos de Gorbachov como para lograr que el Partido no reaccionara positivamente, a diferencia de lo que ocurrió contra Nikita Jrushchov y antes contra Nikolai Bujárin.
   

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