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viernes, 16 de febrero de 2018

EL VIAGRA DE MUAMAR

La guerra contra la Libia de Muamar el Qadafi arreciaba, en particular con los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que probablemente estaban alcanzando blancos civiles. Algunas potencias se quejaron en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
      Susan Rice, representante permanente de Estados Unidos en la ONU, encontró una respuesta: era la gente de Qadafi la que estaba atacando a civiles. ¿Y cómo? Rice alegó que suministrando Viagra a las tropas para que cometieran violaciones en masa. Eso sí, a diferencia de lo que hiciera alguna vez Colin Powell para demostrar que Iraq tenía supuestamente armas de destrucción masiva, lo que a la larga resultó ser falso, Rice no exhibió pruebas ante el Consejo de Seguridad. Rice no mostró sus fuentes, aunque calificó al supuesto agresor de "atípico".
     Luis Moreno Ocampo, entonces fiscal principal de la Corte Penal Internacional (CPI) de Justicia de La Haya (2003-2012), alegó por su parte que "Qadafi en persona" había decidido repartir la pastilla azul, o al menos "similares". Moreno Ocampo declaró muy tranquilamente que "se estaban recibiendo reportes de cientos de mujeres atacadas en algunas áreas de Libia". El fiscal también dijo tener evidencias de que Qadafi había mandado pedir el Viagra en contenedores, "para aumentar las posibilidades de violar mujeres". "Tuvimos dudas al principio, pero ahora estamos convencidos de que decidió castigar mediante violaciones. Era muy malo, más allá de los límites", dijo Moreno Ocampo, argentino que alguna vez colaborara con el capítulo latinoamericano de Transparencia Internacional.
     Al poco rato, en solidaridad con la causa contra Qadafi, la actriz Angelina Jolie se apersonó en la frontera de Túnez con Libia para ayudar a refugiados libios. Jolie, Embajadora de Buena Voluntad del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), pidió más ayuda humanitaria.
     El mismo año 2011, Amnistía Internacional (AI), de la que se puede pensar cualquier cosa menos que fuera favorable a Qadafi, documentó daños de la tropa oficial a civiles, pero, ante la presión, tuvo que admitir que no se habían encontrado por ningún lado en Libia casos de violación. Donatella Rovera, asesora de AI, luego de viajar por tres meses en el territorio en guerra dijo que "no se encontró ninguna evidencia o una sola víctima, o un doctor que supiera de alguien que hubiera sido violada". Rovera dijo que rebeldes en Benghazi (al oriente de Libia) le habían mostrado paquetes de Viagra, alegando que los habían encontrado en tanques oficiales en llamas, pero por alguna razón esos paquetes no estaban carbonizados. Human Rights Watch, a través de Liesel Gerntholtz, su encargada de derechos de la mujer,  también sostuvo no haber encontrado nada, y se trata, como AI, de una organización cercana a los intereses occidentales.
      La entonces secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, se declaró "profundamente consternada" por "la violación, la intimidación física, el hostigamiento sexual y los así llamados 'tests de virginidad' que tenían lugar en países de la región". Luego, muerto Qadafi, Libia cayó en manos de extremistas islámicos (incluidos miembros del Estado Islámico-EI) que restauraron los peores tratos hacia las mujeres, incluyendo mutilaciones y lapidaciones.

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